Moody’s: BancoEstado, Itaú y Scotiabank en la mira
En la clasificadora estiman que los bancos “podrían y deberían” comenzar los procesos de capitalización, independiente de las definiciones regulatorias que faltan.
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El VP-Senior Credit Officer Financial Institutions Group de Moody’s, Felipe Carvallo, comenta que con la promulgación de la nueva Ley de Bancos, uno de los principales desafíos para la industria es prepararse para la capitalización de los nuevos requerimientos de Basilea III.
Para esta labor, el experto de Moody’s plantea que los bancos “definitivamente podrían y deberían” comenzar los procesos de capitalización, independiente que aún no estén definidos los niveles específicos de capital, trabajo que deberá desarrollar la Comisión para el Mercado Financiero.
En este nuevo esquema legal bancario, Carvallo manifiesta que “va a haber un cambio grande en cómo los bancos definen su capital y sus mínimos ante el mercado”.
Capitalización
Esto no sólo queda circunscrito “en los bancos que sí tienen algunos déficit contra algunos mínimos (de capital) en los diferentes colchones como BancoEstado, Itaú y Scotiabank, sino también en bancos grandes como Banco de Chile o Santander que, aunque con los niveles de capitalización que tienen hoy, pueden llegar a los mínimos que se van a establecer con Basilea III”.
La expectativa de Moody’s es que los bancos ahora “decidan dónde van a estar sus niveles de capitalización hacia adelante. Igual podríamos ver aumentos entre los grandes bancos que no tienen problemas de capitalización”. Para ello, esperan que los actores del sistema financiero del país cambien sus políticas de distribución de dividendos, sobre todo considerando que “en Chile los niveles de pagos de dividendos son muy altos en comparación con América Latina, casi el doble”.
Las tareas
Respecto a las eventuales dificultades de BancoEstado, Itaú y Scotiabank para llegar a los estándares de Basilea III, especificó que en el caso de la compañía estatal es importante ver cómo van a ser tratados los impuestos diferidos que tiene la entidad.
“En otros países, durante la crisis se decidió que estos impuestos diferidos serían casi como tener un título del gobierno y eso no lo hemos visto en países que no están en problemas económicos como en Chile. Se ahorraría mucha plata el gobierno si lo hiciera, pero ningún país que no esté en graves problemas económicos lo ha hecho”, dice el ejecutivo.
Mientras que para Itaú y Scotiabank la situación “es menos grave. Ellos tienen la fortaleza en términos de su rentabilidad como para poder ajustar dividendos y hasta el crecimiento para no tener que necesitar una capitalización. Podrían apegarse quizás un poco al período de implementación y llegar a los mínimos de a poco”.